Para asegurar la obtención de uvas de alta calidad, un factor crucial es el control de la carga de uvas en cada planta. 

En nuestro viñedo hacemos raleos durante diciembre y enero, en el momento del envero, mediante los que quitamos a la planta los racimos que no usaremos. Estos racimos se dejan en la tierra como abono.

Al disminuir la carga por planta, promovemos un mejor equilibrio en el desarrollo de las uvas, contribuyendo a la obtención de frutos de mayor calidad. Tener menos racimos permite un mayor acceso a los recursos disponibles, lo que se traduce en una mejor calidad y expresión tanto de sabores como de aromas. 

Para variedades como el Tannat nuestro promedio de rendimiento es de 8.000 a 10.000 kg/Ha, mientras que para variedades como el Merlot bajamos el rendimiento a promedios de 4.000 o 5.000 kg/Ha.